Alianzas de Colaboración ¿Para qué sirven?
Generar valor social como fuente de valor empresarial .

Los acuerdos realizados por dos o más partes (previamente constituidas como sociedad o afín) para alcanzar un conjunto de objetivos deseados por cada parte independientemente se encuentra entre las fusiones y adquisiciones y el crecimiento orgánico denominado como Alianzas.
Según extractos del artículo denominado Alianzas Estratégicas tomado de la página Compromiso Empresarial este marco es útil para comprender la naturaleza y evolución de alianzas cruzadas entre sectores.
1. Fase caritativa o filantrópica. Este es el escenario de colaboración más frecuente y el tipo más tradicional de relación. De forma simplista, se caracteriza como una relación de solicitante-benefactor.
La organización no lucrativa busca una donación de la empresa, y ésta se la proporciona, por lo general, a fondo perdido. No se trata de una relación profunda o crítica para las partes, ni se aplican a ella recursos estratégicos.
2. Fase transaccional. En esta relación hay más de dos formas de intercambio de valor, cada lado proporciona claros beneficios al otro. La colaboración se centra en una actividad bien definida, y los recursos desplegados suelen ir más allá de la mera donación de dinero. Los ejemplos incluyen causa y difusión o comercialización, donde la organización no lucrativa proporciona la causa y presta su nombre a la empresa quien mediante su comunicación y publicidad promueve las campañas acordadas entre sus grupos de interés.
A veces la promoción está directamente ligada a la venta de un producto o servicio, donde una parte de lo recaudado se destina directamente a la organización para su causa. La actividad podría implicar la movilización de empleados de la empresa a participar como voluntarios -horas-hombre- con la organización no lucrativa en su causa social, bien cediendo el uso de material no dedicado, o excedentes y sobrantes.
3. Fase de integración. La colaboración evoluciona hacia una alianza estratégica sostenible. Resulta crítico para la misión y los objetivos estratégicos de cada parte.
Ambos combinan sus competencias básicas, las actividades conjuntas proliferan, y las relaciones institucionales y sus recursos se comparten, de forma que con el tiempo la relación se convierte en un entendimiento de confianza profunda. Se trata de una integración organizacional basada en características de joint-venture. Es mucho más complejo de gestionar que otras formas de colaboración, pero de mucho mayor valor estratégico.
Gestión eficaz de alianzas estratégicas
La mayoría de las organizaciones no lucrativas cada vez tienen más relaciones inter sectoriales. Para administrar estas colaboraciones de forma eficaz resulta útil concebirse como un portfolio o cartera. En general, el objetivo es crear un mix de alianzas a través de la colaboración continuada que optimice los recursos de los acuerdos.
Diseñar una buena cartera de alianzas también implica intentar balancear el riesgo mediante una razonable mezcla de alto riesgo-alta recompensa y bajo riesgo-baja recompensa. Para gestionar su cartera, las organizaciones pueden comenzar por ordenarlas y segmentarlas creando un «mapa» de sus colaboraciones. La primera tarea consiste en hacer un inventario de sus colaboraciones activas. Habrá que realizar un análisis pormenorizado de las relaciones en función de sus actividades, recursos destinados, y misión, en relación a las tres fases ya descritas -filantrópica, transaccional e integradora-. Un análisis pormenorizado puede ayudarnos a profundizar en la comprensión de la naturaleza de cada alianza y su posición respecto a las otras.
Alianzas estratégicas: nuevas soluciones a problemas complejos
Las alianzas están obligadas a convertirse en una estrategia organizativa y operativa cada vez más importante tanto para los negocios como para las organizaciones no lucrativas, y sobrevivirán aquellas que tengan la suficiente visión que supone la renuncia del protagonismo y la generosidad de miras que exigen las colaboraciones en el tiempo.
El imperativo de colaborar no se limitará a las alianzas entre empresas y organizaciones sin ánimo de lucro, el potencial de la cooperación para generar mayor beneficio y crear valor es simplemente enorme. Los acuerdos, así como la aparición de proyectos híbridos, pueden representar nuevas soluciones a los problemas complejos. La gestión eficaz de estas nuevas alianzas y relaciones será uno de los mayores desafíos para la siguiente generación de líderes. ¿Estaremos listos para el Reto?